El antiguo arte decorativo y espiritual del Kintsugi (金継ぎ) repara objetos (y espíritus) uniéndolos con polvo de oro. Esta técnica pretende resaltar las grietas haciéndolas bonitas en lugar de intentar disimularlas.
El Kintsugi es símbolo de renovación y tiene su origen en el Wabi-Sabi, un concepto que se centra en ver la belleza en la simplicidad y la imperfección. Este concepto se aplica a varias artes japonesas. Más que una práctica artesanal, el Kintsugi es una metáfora de la fortaleza que podemos tener en nuestro interior. Este proceso de restauración tradicional lleva su tiempo, como la cicatrización de las heridas.
Descubre paso a paso la historia y la magia del Kintsugi y su paralelismo con la filosofía budista zen. 🧘
Kintsugi, la combinación de arte y espiritualidad
Originario del archipiélago en el siglo XVI, el Kintsugi es el arte de reparar cerámica, porcelana y loza embelleciéndolas. "Kin" significa "oro" y "tsugi" "junta" en japonés. Aquí no se trata de tirar la cerámica rota, y menos aún de ocultar las grietas de las vajillas viejas. Al contrario, la filosofía Kintsugi realza el objeto aprovechando sus defectos, según el principio del Wabi-Sabi.
Esta forma de pensar del budismo zen ve la belleza a través del paso del tiempo y las pruebas de la vida. Según esta filosofía, el ciclo de la vida es una obra extraordinaria desde el nacimiento hasta la muerte. Los pequeños defectos y el desgaste natural revelan el esplendor de las cosas.
La artesanía del Kintsugi se basa en esta teoría para reparar la cerámica rota. Este proceso utiliza una laca (urushi en japonés ) para pegar las piezas y cubrir las grietas con oro para resaltar su brillo. Tazas, cuencos, estatuas, esculturas y valiosas piezas de cerámica se vuelven a ensamblar, se secan y se pulen. Por último, se pintan las cicatrices con polvo de oro, plata o bronce para crear dibujos. Tras esta reparación y decoración los objetos se vuelven aún más resistentes que antes. Algunos artistas incluso los dejan caer deliberadamente para probar su resistencia.
Los pasos de la reparación Kintsugi
El Kintsugi es un arte tradicional que requiere de mucho tiempo, paciencia y precisión. En general, una obra de arte tarda una media de un mes en completarse, pero las creaciones más bonitas pueden llevar más de un año.
En la antigüedad, los artesanos solían trabajar cerca del mar para evitar el polvo y mejorar su entorno de trabajo. ¿Y sabías que el urushi es en realidad una sustancia altamente tóxica y alergénica? Por eso, cuando a un aprendiz le daba una reacción acompañada de un picor insoportable, su maestro le decía que se había convertido oficialmente en un verdadero artesano del urushi.
Todas las etapas del Kintsugi pueden aplicarse a uno mismo para curar heridas psicológicas o físicas como parte de un proceso de desarrollo personal.
¿Acabas de sufrir un golpe emocional? ¿Tienes el corazón roto? ¡Cura tus heridas y reconstrúyete siguiendo el ejemplo de esta técnica de restauración japonesa con estos 5 pasos!
1. Recomponer las piezas
➡ Es el momento de curar las heridas físicas o emocionales y reunir fuerzas.
2. Deja que el tiempo haga su trabajo
Los objetos se dejan secar durante varias semanas, durante las cuales la resina se endurece. Pasada esta etapa, puedes hacer algunos retoques con la masilla y dejar secar de nuevo.
➡ Esta fase de secado corresponde al proceso de cicatrización. Tómate el tiempo que necesites para tu reconstrucción.
3. Empezar de nuevo
A continuación, se pule la cerámica para borrar todas las rugosidades e irregularidades de la superficie antes de aplicar una fina capa de laca con un pincel sobre las grietas. Tendrás que esperar de 1 a 2 semanas más para que se seque.
➡ ¿Te has reconciliado ya con tu pasado? Es hora de volver a centrarte en el presente y empezar de nuevo. Esta fase es la del renacimiento.
4. Mostrar la belleza de las grietas
Las grietas se recubren con laca combinada con óxido de hierro y luego se cubren con polvo de oro para que quede más bonito y decorativo. Por último, una vez que todo se seca, se aplica una capa final de urushi para fijar las decoraciones.
➡ Asume tu historia personal y tus grietas. Volverás a levantarte con más fuerza y plenitud que antes.
5. Cultiva el arte de la imperfección
Los diseños lacados en oro se pulen para revelar su brillo. Algunos artesanos utilizan ágatas o dientes de pez para pulir. Sin embargo, se dejan deliberadamente algunos defectos para dar relieve.
➡ Aprende a apreciar los pequeños defectos y destierra la búsqueda de la perfección lisa e insulsa.
La historia del Kintsugi
Tras romper su cuenco favorito, el shogun Ashikaga Yoshimasa decidió enviarlo a China para que lo repararan. Cabe señalar que los servicios de porcelana eran especialmente populares en Japón para la ceremonia del té. 🍵 Sin embargo, a diferencia de sus vecinos los chinos y coreanos, los japoneses no dominaban las técnicas de fabricación y reparación de este tipo de cerámica.
Sin embargo, cuando el objeto regresó mal arreglado, el shogun se cogió un gran disgusto. Así que pidió a sus artesanos que encontraran una forma más estética de restaurar su cuenco favorito. Fue un capricho lo que dio origen al Kintsugi, el deseo de dar una segunda vida a los objetos respetando su historia. Cabe destacar que esta técnica tradicional está en plena consonancia con los principios actuales de reciclaje y ecología. ♻️
Cuando los artesanos japoneses adquirieron por fin el método perfecto de reparar la porcelana utilizando una laca natural llamada urushi, se inspiraron en los conceptos de la filosofía zen para hacer de la restauración de objetos rotos un arte noble.
Los objetos cotidianos cobraban una nueva vida y se adornaban con magníficos diseños dorados para convertirse en piezas únicas. Jarrones viejos, objetos estropeados y piezas de arte rotas se reciclaban para deleite de los coleccionistas. Tanto es así que algunas personas rompían su vajilla a propósito para darle una nueva vida a sus teteras o platos de porcelana. Si te apetece probar suerte con este arte restaurador, en Internet encontrarás multitud de tutoriales de bricolaje.
La filosofía del Kintsugi o el arte de reparar
El Kintsugi es la verdadera ilustración del wabi-sabi, se basa en el principio de que la belleza se encuentra en la naturaleza imperfecta y efímera.
Este arte encarna plenamente el símbolo del renacimiento, ya que si todo llega a su fin, todo renace de nuevo. Tomando prestada la filosofía del Kintsugi, lo que en principio es feo se convierte en testimonio de la historia y el viaje de cada individuo. Las cicatrices y marcas del tiempo son una fuente de sublimación y una oportunidad para dar sentido a la vida.
(Fuente: esprit-kintsugi.com)
❓ ¿Sabías que los samuráis mostraban con orgullo sus heridas de batalla aunque estuvieran desfiguradas?
El urushi es una resina viva que se endurece con el tiempo y proporciona una resistencia increíble. Por eso, los objetos restaurados con esta técnica tradicional son aún más bonitos y resistentes de lo que eran. Una buena lección de vida para convertir las heridas en fortaleza. 💪
El Kintsugi es muy rico en significados, es mucho más que el arte de reparar la porcelana. Desempeña un papel liberador ya que, en realidad, a través del objeto que estamos reparando, es a nosotros mismos a quienes estamos curando.