En este artículo sobre cultura japonesa, vamos a descubrir juntos la increíble historia del kimono japonés, una prenda tradicional que ha fascinado a todo el mundo desde el inicio de los tiempos.
Antes de empezar, debemos echar un vistazo a la etimología de la palabra "kimono" (着物). En japonés, este término significa literalmente "cosa que se lleva puesta" ("kiru": llevar / "mono": cosa) y originalmente se refería a todas las prendas de vestir.
Con el tiempo, el término "kimono" se fue especializando para designar un único tipo de prenda tradicional japonesa que todos conocemos como... el kimono. Qué bien, me sigues 👏. Para ser testigos del nacimiento de esta prenda japonesa, tenemos que remontarnos en el tiempo hasta el periodo Heian (794 - 1185).
Hoy en día, aunque el kimono ya no se usa para el día a día en Japón, es una prenda tradicional que siempre está presente en eventos especiales como bodas, funerales, graduaciones o ceremonias del té.
La cultura japonesa es extremadamente rica y detallista, y existen muchos kimonos diferentes, cada uno con un nombre distinto dependiendo de su forma, uso y de la persona que lo lleve (sí, se complican un poco 😅 ).
Los orígenes del kimono japonés
Si queremos ser aún más precisos sobre los orígenes del kimono, tenemos que remontarnos al periodo Nara (710 - 794), una época en la que Japón estaba bajo la influencia china. Esta influencia se dejó sentir sobre todo en la vestimenta, y así es como nos encontramos con el antepasado directo del kimono, el kosode. Se trataba de una prenda interior que se llevaba bajo una chaqueta holgada, pantalones anchos de estilo chino (hakama) para los hombres y una falda larga para las mujeres.
Kosode y Hakama (falda-pantalón de influencia china)
Durante el periodo Heian (794 - 1185), tras una ruptura diplomática entre China y Japón, los japoneses desarrollaron gradualmente un sentido de la estética y el refinamiento que se convertiría en la base de la elegancia japonesa que conocemos hoy. Se prestaba gran atención a la forma de las prendas, los tejidos y la armonía de los colores.
El kosode se convirtió en una prenda japonesa hecha de largas piezas rectas de tela cosidas entre sí, con sisas estrechas. Contrastaba con el osode, una prenda de mangas largas y anchas. Poco a poco, el kosode femenino se fue diferenciando del masculino. A medida que evolucionaba, el tejido se hacía más elaborado y grueso para que pudiera llevarse al aire libre.
El auge del kimono japonés
El periodo Heian dio paso al periodo Kamakura (1185 - 1333) y el kosode siguió evolucionando al ritmo de la sociedad japonesa. Los guerreros vestían el osode para las ceremonias y adoptaron el kosode de seda para el día a día.
A la izquierda, un kosode de la clase guerrera. A la derecha, un kosode aristocrático.
Durante el periodo Muromachi (1336 - 1573), el kosode se llevaba cada vez más sin pantalones y perdió por completo su condición de ropa interior. El tejido utilizado empezó a ser más grueso y pesado, convirtiendo el kosode en una prenda de exterior adaptable a todas las estaciones.
La ausencia del hakama, el pantalón de estilo chino que se solía llevar con el kosode, obligó a encontrar una nueva forma de cerrar el kosode. Así nació el cinturón obi.
Para conocer toda la maravillosa historia de este cinturón, lee nuestro artículo Obi para kimono: su historia y los diferentes tipos.
En el periodo Momoyama (1573 - 1600) se produjo un verdadero auge del mercado textil, que contribuyó a la riqueza de los comerciantes. A su vez, los mercaderes y sus mujeres adoptaron el elegante y bien confeccionado kosode que llevaban los guerreros.
Al popularizarse esta prenda entre los japoneses, apareció el término "kimono", que se convirtió en sinónimo de kosode.
La evolución de su forma, los tejidos y los diseños del kimono japonés
Durante el periodo Edo (1600 - 1868), los términos kosode y kimono se utilizaban para designar a una prenda con mangas cortas y estrechas y una pieza de tela más o menos larga bajo cada manga.
El kimono empezó a diversificarse, distintas formas, distintos nombres y eran diferentes según la ocasión, estación y estatus social de la persona. Un ejemplo es el furisode, un kimono con mangas extremadamente largas reservado a las jóvenes y a las mujeres que aún no estaban casadas.
Ejemplo de furisode, un kimono de manga larga
El kimono se convirtió en la prenda emblemática de Japón y tuvo un papel muy importante ya que unificó a todo el territorio. Lo vestían todos los japoneses, independientemente de su edad, sexo o estatus socioeconómico.
Esta prenda japonesa de corte recto y holgado tiene una serie de ventajas que han contribuido en gran medida a que se haya convertido en una prenda muy popular utilizada por todo el mundo.
- Es muy versátil y fácil de llevar
- Se adapta a todas las formas del cuerpo
- Fácil de doblar para guardarlo
- Se puede utilizar en todas las estaciones: basta con utilizar más capas en invierno o elegir un tejido ligero y transpirable en verano
Durante la primera mitad del periodo Edo, el tejido del kimono era tan elaborado y sofisticado que se convirtió en una auténtica expresión de arte. Los motivos representaban detallados paisajes japoneses, se podían hacer con varias telas (seda, algodón, lino, etc.), se utilizaban colores brillantes y algunos kimonos estaban bordados con hilo de oro.
Kosode decorado con estampados vegetales muy elaborados
El cinturón obi se está convirtiendo en un accesorio de moda imprescindible. La elección del material y su color es muy importante, y nos dice mucho sobre los gustos y el sentido de la elegancia de quién lo lleva.
El kimono también se utilizaba para indicar la clase social: cuanto más elaborado y bonito era el tejido, más rico era el propietario.
Durante la segunda mitad del periodo Edo, la situación económica empeoró, lo que obligó a los japoneses a dejar de lado las telas extravagantes y volver a un kimono más sencillo. Las representaciones tejidas y bordadas de paisajes japoneses dieron paso a diseños geométricos más sencillos.
Al mismo tiempo, el yukata se popularizó y se llevaba cada vez más al aire libre. Esta versión más ligera e informal del kimono es mucho más barata y cómoda de llevar.
Si quieres saber más, lee nuestro artículo sobre las diferencias entre kimono y yukata.
El declive del kimono tradicional
En un momento de la historia, el kimono japonés estuvo a punto de desaparecer. La era Meiji (1868 - 1912) marcó la apertura de Japón al mundo y a la modernidad. Funcionarios del gobierno, policías y profesores se vieron obligados a adoptar uniformes occidentales cuando estaban de servicio. Luego fue el turno del ejército y las escuelas, que también se vieron obligados a adoptar el e ostilo ccidental.
Uso del uniforme nacional por los hombres, el kokumin fuku
En 1940, el uniforme occidental, conocido como kokumin fuku, se convirtió en el uniforme nacional obligatorio para los hombres. El kimono tradicional japonés cayó en desuso, pero siguió utilizándose para asistir a las ceremonias oficiales.
El kimono japonés en la actualidad
En la sociedad japonesa actual, el kimono sigue siendo una prenda tradicional que se utiliza para ocasiones especiales o en algunas profesiones, como es el caso de las geishas. La gran mayoría de los japoneses hace tiempo que adoptaron la vestimenta occidental para el día a día. Por otro lado, el yukata sigue siendo bastante popular y suele llevarse en verano, durante festivales y celebraciones populares.
Joven japonesa vistiendo un yukata en el barrio de Harajuku.
Llevar esta prenda de la forma tradicional requiere un conocimiento especial ya que esta prenda que se rige por una serie de normas. Es importante saber cómo ponerse el kimono antes de acudir a un acto oficial.
Además, el kimono es una prenda muy cara, y como las oportunidades de llevarlo son escasas, cada vez más gente recurre a una opción mucho más barata: el alquiler de kimonos.
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No es raro ver a jóvenes llevando un yukata o kimono por las calles, especialmente en el distrito de Harajuku. Normalmente, el kimono se complementa con accesorios que le dan un toque más moderno.
Gracias al creciente interés de los occidentales por esta prenda cómoda y elegante, y a su aparición ocasional en las pasarelas de moda, ¡el kimono está lejos de desaparecer!